Estamos a pocos segundos en la historia de hacer historia.

Viendo Twitter mientras cenaba me preguntaba lo mismo que se pregunta cualquiera que le guste la tecnología en estos días, la recurrente pregunta: ¿cómo va a afectar la IA en el día a día? ¿estaremos asistiendo a una nueva revolución tecnológica? (y ya van…), ¿hasta qué punto podremos delegar nuestras tareas, creaciones, pensamientos en un sistema de inteligencia artificial? ¿qué parte de inteligencia y qué parte de artificial seremos capaces de digerir y aplicar en lo cotidiano?.

La fantasía está ahí, y esta fantasía está empezando a cuajar en realidades que a muchos inquieta y a otros emociona por la cantidad de posibilidades que estamos a punto de conocer. Y la verdadera cuestión es: ¿estamos asimilando lo que se nos viene encima?. Si hace 24 horas se presentaba CHAT GPT-4 como una versión “más humana” que su antecesora, Google nos presentaba hace escasas horas en este video cómo podrá ser el día a día desde su workspace. Para los que trabajamos con docenas de emails al cabo del día es un verdadero espectáculo…

Estamos en mitad de un proceso de asimilación de la tecnología que nos está engullendo sin avisar, atropellando con sus impactantes novedades e infinitas posibilidades, ¿cómo va a cambiarnos la vida? ¿cuánto nos va a cambiar? ¿es tan bueno como dicen? ¿puede ser la amenaza que dicen los más pesimistas?.

La incógnita, más allá de lo preciosista que nos venden el futuro inmediato con tanta mejora y optimización, es también la inquietud que décadas de contenidos de ciencia ficción nos ha arrojado a la cara, ¿seremos víctimas de un HAL 9000 al pedirle a Alexa que nos ponga la colada a centrifugar? ¿seremos hierba triturada para “El cortador de césped”? ¿ha dejado de ser Skynet una amarga quimera para deslizarse como realidad ante lo que estamos viendo estos meses? Sabemos qué queremos de la IA en estos momentos por sus facilidades, conocemos algunos detalles de qué poder hacer con ella, pero ¿sabemos qué planes tiene ella con nosotros?.

Al margen de las bondades que tiene esta inteligencia artificial y toda las cuestiones positivas que nos aportará será bueno reflexionar sobre cómo nos relacionaremos con ella y si más allá de ser una máquina de resolución de problemas o acortador de tareas podrá ser “algo más”. Se me viene a la memoria “Her”, con Joaquin Phoenix interactuando con una IA programada para hacer compañía…

Lo que hace pocos años era ficción es hoy más que nunca una realidad abrumadora, y es que estamos a pocos segundos en la historia de hacer historia, y para bien o para mal, lo cierto es que a estas alturas tengo la sensación de que aún no hemos recapacitado sobre lo lentos que estamos siendo para entender y aprovechar de forma eficiente este salto tecnológico.

Scroll to Top